Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

Sesión XI:

Nos encontramos a la espera de que Zhao reúna a su concilio pirata, momento en el que han de ponerse de acuerdo en el precio de sus servicios, pues los piratas no tienen más principio que el oro. Samara se acerca a Naltiria, con intención de zanjar el asunto acontecido a bordo del Sepulcro. La halfling comienza con un ataque, echando en cara a Naltiria que no parece estar donde desea, ni trabajando para quien se siente a gusto sirviendo, ni con los compañeros adecuados. Así pues, la astuta mediana pide a la archimaga que no desahogue con ella su frustración personal, y con la boca algo más pequeña, da una ligera disculpa acerca de la exagerada reacción a la bofetada. Naltiria, que escucha a Samara haciendo exageradas muecas, acepta las disculpas de la mediana, pero no parece de acuerdo con la otra parte del discurso. La halfling vuelve a la carga, y pide a Naltiria que haga la vista gorda ante ciertas decisiones y acciones, pues eso revertirá en beneficio del grupo. Naltiria admite que los métodos de la halfling son eficientes, y alaba la determinación y buen hacer de Samara, aunque no está de acuerdo en algunos de sus métodos. Tras un intenso tira y afloja, y con un acuerdo no demasiado claro acerca de futuras decisiones, estrechan sus manos y parecen poner fin al asunto.

Tras esta densa charla, la halfling parece necesitar jugar una partida de Tazos para relajarse, así que planta una bolsa repleta de monedas encima de la barra de la taberna pirata “El Delirio del Mar Escarlata” y el tabernero señala a la que sin duda ha de ser su compañera en esta partida. Jazmín Diabólico es una súcubo que no esconde su verdadera forma, y mira con lascivia y deseo prácticamente a todos los presentes. En efecto, la diablesa es el contacto de Samara de la Dulce Miel, para la misión de robar un cuadro y una carta del pirata conocido como Yzer “El Grande”, o “Gordo”, según a quien preguntes, además de cercenarle la mano para siempre. Urden un plan en las sombras ambas mujeres, mientras miran de reojo al enorme pirata, que pasea sus lorzas por la taberna.

Deciden dar un primer vistazo a la guarida de Yzer, pero descubren pronto que está custodiada por al menos cuatro hombres, aunque parecen distraídos en su partida de cartas. No obstante, lo que echa para atrás explorar más allá, es el descubrimiento de una trampa en la puerta, que por ahora, parece insalvable.

Entretanto, en la taberna, el resto del grupo toma tranquilamente unas copas del hediondo líquido pirata, que difícilmente pueda llamarse bebida. Tenar y un servidor tienen una charla distendida acerca de templos, tabernas y fe, cuando Naltiria se dirige a Tenar, y alaba las capacidades que esta ha exhibido en el combate contra Maxtor, el golem de entrenamiento. A la archimaga le gustaría sentirse más útil en combate, y pide a Tenar que la enseñe su profesión. Sin embargo, la especialización de nuestra alta elfa parece requerir alguna capacidad de conjuradora divina, algo que Naltiria parece tener complicado. Tras discutir acerca del asunto, queda en que quizá Naltiria pueda aprender a ser una Geomante, como Tenar, aunque tendrán que darle alguna vuelta más a la cuestión de la magia divina.

Mientras mantienen esta conversación, un servidor se ha retirado discretamente, y al poco de estar dando una vuelta por la concurrida taberna, un drow se me acerca y me ofrece una buena suma de monedas si canto una canción acerca de Yzer el Grande… llamándole Yzer el Gordo. Las monedas tintinean alegres en la bolsa, y pido un momento al elfo, para componer unas líneas.

Al tiempo que compongo la canción, Samara y Jazmín continúan buscando la manera de colarse en la estancia de Yzer, y consiguen introducirse. El plan consiste en que la diablesa adoptará la forma de una mujer indefensa, que dejarán en la cama del orondo pirata como “regalo” de algún otro capitán, cosa que Samara deja reflejada en una nota para que Yzer la vea a su llegada.

Pero Yzer aún no va a retirarse a su habitación, pues un atractivo bardo ha comenzado una canción acerca de sus hazañas… o no. Pronto la sonrisa del capitán se borra del rostro al oír la palabra “Gordo” y apartando borrachos a su alrededor a puñetazos, se desata una pelea multitudinaria. Yzer trata de llegar hasta un servidor, mientras profiere amenazas de muerte y cosas peores. El drow arroja la bolsa del dinero en mi dirección mientras ríe, y la atrapo al vuelo mientras huyo de la ira del capitán más fácil de saltar que de rodear.

La cosa se está poniendo fea… Pero llega Zhao, que detiene inmediatamente la violencia, preguntando qué ocurre. Con aliento entrecortado por el esfuerzo, Yzer habla acerca de “honor mancillado” por haber sido llamado Gordo, algo que en mi humilde opinión, no debiera ofenderle tanto. Es tan cierto que el pirata es un hombre gordo como que el cielo es azul.

Zhao parece divertido ante la situación, pero no tiene más remedio que advertirme que no se debe insultar entre piratas… de nuevo he de defenderme diciendo que no es insulto aquello que es simplemente descriptivo, pero en esta ocasión prefiero ser prudente. El concilio pirata decidirá mañana qué hacer con el asunto, así que se reanuda la fiesta. Yzer, ofendido, se retira a sus aposentos…

Aposentos en los que Samara ha encontrado ya el cuadro que ha de recuperar. Jazmín yace “indefensa” en el lecho del pirata, que llega y tras abroncar a los guardias de la entrada, pues parece evidente que alguien ha entrado, lee la nota, y aunque parece sospechar algo, no puede resistirse ante la idea de violar a la bella muchacha de la cama, amordazada y aparentando miedo. Con la baba cayendo por su rostro, se desnuda a toda prisa, y la halfling, hábilmente escondida, registra las prendas de Yzer, donde halla la carta que busca. Sale de su escondite, y ayuda a Jazmín a desembarazarse del abrazo baboso y sudoroso de Yzer, el bien llamado Gordo trata de defenderse, pero apenas tiene aliento por el esfuerzo de violar a la diablesa disfrazada. Aprovechando la indefensión del capitán, proceden a cortarle al mano y a cauterizar la herida. Una nueva victoria en otra partida de Tazos para Samara.

Mientras sucede todo esto, Naltiria, Neesa y Kaito surten la modesta coca con alimentos y aperos, y los agradecidos y confundidos esclavos, preguntan el por qué de las acciones del grupo. Naltiria les cuenta acerca de las difíciles decisiones que en ocasiones, hay que tomar. Asienten los hiraneanos, dispuestos a tomar la oportunidad que se les brinda. Intercambian bendiciones, y los tres aventureros se retiran mientras los esclavos preparan los últimos detalles de su embarcación.

A la mañana siguiente, Zhao se dirige a nosotros, para comunicarnos la voluntad del concilio pirata. Como primer asunto, pide el Rey pirata 1000 monedas de oro por cada vez que llamara Gordo a Yzer en la canción. Voto a Fortunna que sólo fueran dos, pero he de pagarla por duplicado, pues fueron también dos las veces que canté la canción. No me parece justo, voto a Finnallis, pero prefiero pagar que buscarme problemas mayores. Tiendo a Zhao las cuatro mil piezas doradas. Sabe Barenna que me han quedado mil limpias, y he disfrutado de la situación.

Pero vamos a lo importante, los capitanes piden 30000 monedas por nave hiraneana destruida. Samara y Naltiria empiezan ofreciendo 20000, cosa que le parece muy baja a Zhao. No parece el pirata muy dispuesto a rebajar esa cifra, pero tras una ardua negociación, en la que entran en juego el tamaño de las naves, incluir embarcaciones civiles, y algunas otras consideraciones, finalmente llegamos a un acuerdo de 25000 por nave, siendo que adelantaremos medio millón de monedas, y luego, con periodicidad, enviaremos un emisario a recoger las pruebas de las naves caídas, para continuar pagando hasta un total de dos millones y medio de monedas. Todos parecemos satisfechos con el acuerdo, quedando medio millón de monedas como emolumentos para el grupo.

Con el asunto pirata zanjado, subimos a bordo de La Aguja, donde Sharteen nos espera impaciente para llevarnos a nuestro próximo destino, el contacto con la infraoscuridad. El viaje ha de durar unos días… Días que Samara primero, y el resto del grupo después, aprovecharemos para intentar convencer a la capitana de que acepte el cargo de Almirante de Athanae, cosa que de inicio, parece prácticamente imposible. Sharteen detesta a los militares, la disciplina y no guarda especial aprecio por patria alguna, lo que nos deja con pocos argumentos. A pesar de que el regalo de la Emperatriz, las dos pistolas de repetición, parecen muy del agrado de la capitana de La Aguja Plateada, es el único punto a favor que parecemos haber encontrado. Voto a Fortunna que nos ha de sonreír, pues aun quedan unos días hasta nuestro destino, y podamos desplazar a Sharteen de su posición, por ahora... inamovible.



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