Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

Sesión V:

La Aguja de Plata corta el agua marina como entra el cuchillo caliente en la mantequilla, mientras Sharteen Tiffon y su tripulación nos conducen al Mar Escarlata. El grupo se reúne, como cada noche, para su charla antes de descansar en el camarote común destinado a tal efecto. Se cuentan historias acerca de Zhao “Mano de Fuego” que se hace llamar Rey de los Piratas. Está claro que entre las gentes del mar hay una clara tendencia a la monarquía como método de gobierno. ¿Constituiría un nuevo imperio un matrimonio entre la reina Konju y el rey Zhao? El tal “Mano de Fuego” se ganó su apodo cercenando esta extremidad a sus enemigos, con sus armas que cauterizan las heridas de forma mágica e irreversible, haciendo que los rivales que lo han enfrentado, luzcan ahora garfios o manos de madera. Método que por otra parte, a algunos miembros del grupo les suena de otro lugar...

Samara se lleva a parte a Alix, pues según ella, tienen una conversación pendiente. El grupo ríe jocoso, deseando al muchacho suerte en lo que está por venir. Sin embargo, a los pocos minutos, oímos un fuerte estruendo procedente de donde la pareja se ha retirado, y corremos a averiguar lo que ha ocurrido.

Pero retrocedamos en el tiempo esos pocos minutos, para saber qué ha sucedido realmente. La halfling, con mirada pícara, espeta a Alix que su intento de humillarla con la correa de perro mientras se acostaba con un servidor, es insuficiente. Reta al chico a que se esfuerce más en su propósito de denigrarla, a que suba el nivel. Con los ojillos llenos de malicia, trata de explicarle a Alix que está acostumbrada a no tener intimidad, al haber crecido en una familia numerosa en un espacio reducido, y por tanto, está habituada a ver a sus padres engendrar nuevos hermanos, de forma que no entiende por qué habría de molestar a Alix el episodio con el bardo. Alix respira agitadamente, manteniendo con furia la mirada a la mediana. El muchacho saca la caja de música, que emite una melodía melancólica. Su nuevo reto es que Samara le cuente un secreto. Un secreto de verdad, insiste Alix. Quiere un secreto de la mediana, pues los demás no le importan, ni Neesa, ni Tenar, ni nadie más del grupo. “Claro” dice la halfling, “pero primero te adelantaré cuál será mi siguiente petición: Quiero que utilices tus flamantes pistolas para hacer tu trabajo, es decir, para matar un fanático” Alix está cada vez más enfadado, y quizá un poco confundido, al ver que Samara continúa hablando a medida que se desprende de su equipo. “Mi secreto, Alix, es que soy una sacerdotisa, una seguidora de una deidad malvada, y haría todo lo que me pidiese, cualquier cosa. Una de esas personas a las que tu denominas fanático” La halfling, prácticamente en ropa interior, se adelanta, y ofrece su sien al chico, que mira estupefacto el colgante de La Sombra que pende del cuello de Samara. “Vamos Alix. ¿Serás un niño cobarde, o serás un hombre que cumple con su trabajo? Mátame de una vez” Alix desenfunda su arma casi por instinto, de manera automática, la amartilla, y la coloca en la cabeza de Samara. Grita, completamente fuera de sí, mientras aprieta el gatillo. El disparo se oye en la cubierta. Alix suelta la pistola, dándose cuenta poco a poco de qué acaba de hacer, se lleva las manos a la cara, y solloza.

El grupo, un instante antes sonriente y chancero, torna su expresión entre la sorpresa y el horror al oír claramente el disparo. Salen todos a descubrir qué ha pasado, y la escena que se encuentran es desoladora. Alix, de rodillas, con la cara cubierta por sus manos, solloza incontrolablemente. A su lado, su arma en el suelo. A sus pies, yace Samara, con la cara manchada de pólvora y sobre un charco de sangre. Sólo pasa un segundo antes de que todos comiencen a reaccionar, pero la escena parece prolongarse por minutos.

Antes de que haya llegado el grupo, el primero en hacer acto de presencia ha sido monsieur Alessio, que propina una bofetada al muchacho, mientras toma sus armas. “¿Pero, por qué has hecho esto?” Alix grita, aun en shock, “¡No me toques!”. Tenar se apresta a acercarse a Samara, y comienza a examinarla, dispuesta a conjurar una resurrección. Sin embargo, la halfling está herida, pero aun respira, así que en esta ocasión será suficiente con unas sanaciones. El símbolo sagrado ha desaparecido del cuello de la halfling. Sin duda, los dioses están presentes en la escena: Idhaal, frustrado por no haberse consumado el asesinato. Shattaret, satisfecha de que su secreto siga en la oscuridad.

Alessio y el grupo se retiran al camarote contiguo mientras Tenar conjura los hechizos curativos sobre Samara, que recupera la consciencia, y mira a Alix, sonriente. “Ahora eres un hombre, estoy tan orgullosa… “¿Qué ha pasado?” Inquiere Tenar, preocupada. Samara hace una alegoría del barco como forja, Alix como hierro candente, y ella como herrera. “Ahora el metal es más duro” dice mientras se viste. Alix manda callar a ambas, aun incapaz de controlar su furia. Sube a cubierta como un torbellino. “Deja que el hierro recién forjado enfríe, ya recogeremos los frutos” continúa con su símil Samara, Tenar mira con preocupación a Alix mientras se aleja.

En el otro camarote, Alessio tiende las armas del muchacho a Naltiria. “Ocúpate de este asunto, y que no se repita” dice el contramaestre, molesto por la escena, mientras regresa a sus quehaceres.

Cuando subimos a la cubierta, Alix hace equilibrios sobre la barandilla de la cubierta y se desequilibra a posta murmurando. Kaito saca su exótico shamisen, y comienza a tocar una melodía suave, para calmar los ánimos, y decido acompañarle tarareando. Sharteen se acerca al grupo, sabiendo lo que ha pasado pero no parece darle importancia. “Si ya habéis acabado con vuestro asuntos, masticaespinas, tenemos que hablar” La capitana parece preocupada por la decisión de ir al Mar Escarlata, incluso con los pabellones de Konju. La Aguja de Plata es famosa entre los piratas, y no para bien. Sharteen está convencida de que nos atacarán sin preguntar y sería mejor ni acercarnos. El grupo discute las diferentes opciones, algunas de las cuales pasan por instalar en la nave sistemas de camuflaje o hacerla pasar por otro barco. Parece viable, pero extremadamente caro. Naltiria y algunos más abogan por aprovechar el factor sorpresa e ir de frente, mientras que otros defendemos la posición de camuflarnos. Neesa organiza la votación, y su voto desempata una igualada consulta. Iremos de frente. Que Fortunna nos proteja mientras Alunne nos guía.

En cuanto a las negociaciones que nos vengan con los capitanes piratas, llegamos a la conclusión de que serán complicadas, en tanto la palabra de los marinos del Mar Escarlata tiene nulo valor. Aunque se llegara a un acuerdo, ¿lo respetarían? ¿Durante cuánto tiempo? Nuestra capitana opina que quizá sea difícil que hagan “algo”, pero sea más fácil que, dada su codicia, puedan hacer “nada” a cambio de dinero. En el grupo parece haber cierta esperanza de que si conseguimos poner de nuestra parte a Zhao, dado su autoimpuesto título de Rey de los Piratas, podamos convencer consecuentemente a quienes le siguen. Zhao es hiraneano, pero fue desterrado y deshonrado por el Emperador Dragón, y desde entonces busca venganza contra los suyos. Debería ser fácil convencerle de que redoble esfuerzos en este sentido.

Una vez hemos decidido estos términos, nuestra capitana se encoge de hombros, resignada, y se vuelve a sus hombres, para indicar que mantenemos rumbo. Naltiria, con toda la educación y tacto que es capaz, quiere llevarse a Alix a un aparte, y él, con evidente fastidio, acude. La archimaga, en su intento de ejercer de líder conciliadora, devuelve sus preciadas pistolas al muchacho, advirtiéndole, eso sí, de que Samara es una manipuladora, y se pregunta si tiene “algo” de Alix con lo que extorsionarlo. Pero insiste, que las decisiones finales son de cada cual, independientemente de haber sido provocadas. Pone como ejemplo la marcha de Hägar, de quien dice, que a pesar de ser provocado por la mediana, tomó la decisión de irse, siendo su responsabilidad exclusiva. Alix escucha sin entusiasmo tras enfundar sus armas, y pregunta si el “sermón” ha terminado. Está harto, continúa, de ser tratado con condescendencia por el hecho de ser joven. Asegura haber tomado la decisión de disparar porque quiso, sin ser influido. Está cansado de ser tratado como un niño, de que le digan qué hacer, cómo y cuando. “Si no quieres ser tratado como un niño, Alix, deja de comportarte como uno” el tono de Naltiria se endurece en esta ocasión. Alix grita de nuevo que no es un niño, mientras Naltiria se aleja.

Pasa la noche sin más sobresaltos, como si hubiesen sido pocos, y a la mañana siguiente reanudamos nuestras tareas en el barco. Neesa se acerca a mí, y con gran timidez, me pregunta acerca de una canción de cuna de la que recuerda algunas notas y un par de palabras de la letra, con la esperanza de que la reconozca y pueda cantársela. La melodía me resulta familiar, pero no termino de ubicar la canción. Le tarareo, acompañado por el violín, cómo suena en mi cabeza, y ella, llena de esperanza, dice que se parece bastante a lo que está buscando, pero no del todo. Agradecida, pero sin revelar si quiera de dónde puede proceder la canción, se dirige a Kaito para ver si el otro bardo del grupo pudiera saber más, así que vuelvo a frotar el suelo. Sharteen pasea por esa zona del barco, y al ver mi sonrisa dirigida a ella, da unos suaves golpecitos a sus pistolas en el cinto, en un claro mensaje.

Antes de encontrarse con Kaito, Neesa se cruza con Naltiria y mantienen una conversación telepática, mientras trabajan en la cubierta. Hablan acerca de “Urpilar” que además de dar nombre a unas cavernas en un macizo montañoso de Allionas, parece ser el nombre de una bruja legendaria del pasado, que quizá esté relacionada con el bastón que porta Naltiria. Neesa parece entusiasmada ante la posibilidad de estudiar a este personaje, y propone preguntar a los bardos. También parece haber algún tipo de conexión con el grupo de aventureros conocidos como el Coro Cegado, o al menos con algunos de sus antiguos componentes, pero las informaciones apuntan a que esos miembros bien han muerto, bien han perdido la razón. Aun así, deciden que merece la pena investigar, y quizá, si surge la oportunidad, preguntar a Arduin “Voz de Plata”, pues el Emperador consorte fue parte de este grupo de aventureros. Cambiando de tercio, Neesa está de acuerdo con Naltiria en que Samara puede ser una mala influencia en Alix, pero tampoco quieren intervenir directamente. “La vigilaré” promete la archimaga. “Pero Alix debe tomar su propio camino, aunque sea un rebelde” El hada aprovecha para apuntillar, “Eres la líder, a ti te corresponde tomar las decisiones, Naltiria” La humana asiente, aunque la palabra líder parece haber despertado algunos recuerdos profundos, y su gesto se ensombrece por un momento, antes de volverse y continuar con sus trabajos de marinería.

¡Oh Alunne! ¿Permitirás que lleguemos sanos y salvos al Mar Escarlata? Que tu luz guíe nuestra nave, y Ecuotte desate su ira contra nuestros enemigos!

 

Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

Sesión IV:

Nos hallamos en el puerto de Gecko, donde Alix se dispone a abochornar a un anciano cojo y borracho para complacer a Samara. Intenta zancadillearlo y humillarlo, pero resulta difícil humillar a quien no tiene dignidad. Finalmente desiste, en parte porque la propia Samara lo llama, y en parte porque algunos habitantes empiezan a llamar la atención del muchacho. Samara parece satisfecha con su posición de dominancia, y entrega a Alix una correa de perro. “Póntela” le espeta. Alix la mira con desprecio, pero se lleva el collar.

La capitana Sharteen Tiffón, famosa marina y pirata, nos recibe en el puerto, y se ríe de nuestra poca pinta de marineros. Nos presenta a su contramaestre, el Sr. Alessio, que se encargará de asignarnos tareas en “La Aguja de Plata”, la impresionante nave que ha de conducirnos a nuestro destino. No hemos terminado de abordar el barco, cuando suena alarma en el puerto; una comitiva de naves drow se aproxima. Nuestra escolta, sin duda, pero Sharteen llama a las armas. Samara trata de calmarla enseñándole nuestros papeles, que vienen de la mismísima Anne I. Sharteen acepta a regañadientes la audaz jugada de la Emperatriz, y tras un intercambio de exabruptos con el que parece el jefe de los elfos oscuros, las cosas permanecen tensas pero estables. Mientras la comitiva sube a bordo, aprovecho mi oportunidad de presentarme personalmente ante nuestra capitana, con mis mejores modales y sonrisa. Ella me trata con el mismo desdén que al resto… pero noto que se ha fijado en mí.

Monsieur Alessio no tiene piedad. Comienza a gritar órdenes, y la tripulación se mueve eficiente por la cubierta del barco. Tenar parece entender el complicado lenguaje del segundo de abordo, pero los demás miramos a un lado y otro, confundidos. Alessio cuenta con ello, y tras reírse de nuestra ignorancia marina, nos asigna tareas sencillas pero no por ello poco arduas; a la mayoría nos pone a limpiar. Cada vez que levanto la mirada del trozo de suelo que lustro, busco la de nuestra capitana, para sonreírla con picardía. Finge indiferencia, pero me ha pasado antes. Voto a Shindalar que la marina es ella, pero soy yo quien ha pescado algo.

Samara nos reúne por la noche. Tiene un plan para negociar con Konju Xu’an cuando lleguemos, sin utilizar el dinero de Imperio, que pretende ahorrar para comprar a los capitanes piratas primero, y hacer que sobre lo máximo posible para nosotros, después. Nos entrega unos documentos en los que ha estado trabajando, en los que, con gran nivel de detalle, se reflejan los números que ha calculado para una nueva ruta comercial que pase por el Atolón de Ihstandria, y que reportaría pingües beneficios para la reina naga. Es sin duda una idea grandiosa, salida de la pequeña pero tremendamente activa cabecita de la halfling, que siempre parece ir un paso por delante. En este tratado, además, el Atolón se convertiría en una provincia dependiente del Imperio, al menos sobre el papel, éxito que debería contentar al Imperio y sus gentes, y también a Xu’an, pues mantendría su independencia tanto política como legislativa. Los miembros del grupo estamos impresionados tanto por la idea como por el trabajo de Samara, excepto Naltiria, que parece molesta por ver como Samara ofrece en nombre del Imperio, tratados y prevendas que no está segura de que Anne aprobaría. Samara, irónica, agita el cetro que la identifica como primera diplomática imperial, y la archimaga, aun reticente, le otorga el beneficio de la duda.

No obstante, para que esta negociación llegue a buen puerto, Samara ha de pagar un pequeño precio. Tenar, mediante su magia arcana, ha de meterse en sus recuerdos y manipularlos, de manera que la mediana olvide de cuánto dinero dispone el grupo para los negocios, ya que Konju Xu’an es famosa, según confirmamos Kaito y yo, por leer la mente de sus interlocutores. Por tanto, Samara, avispada como pocos, no quiere que la naga sepa de esa suma. El plan parece acordado, así que cada cual ocupa una litera en el camarote comunal, litera consistente en una red a modo de hamaca donde dormir unas horas antes de volver al trabajo.

La archimaga, no obstante, no ha quedado satisfecha, así que mientras el resto nos acomodamos para pasar la noche, coge a Samara en privado, y tienen una pequeña charla. Hablan acerca de qué quiere exactamente la emperatriz, y Naltiria, condescendiente, dice “tolerar” la ligereza moral de Samara, casi haciéndola un favor. La halfling asiente divertida. Naltiria vuelve a la carga. “¿Estás segura de querer ser la embajadora? ¿Qué sacas de ello?” Samara está entusiasmada ante la oportunidad. Al igual que el Crisol sobrevivió a la prueba de Mhara y regresó para contarlo, Samara quiere sobrevivir a la aventura en la Infraoscuridad. Dice ser consciente de que es probable que no lo cuente, pero, ¿y si lo logra? Sería, en sus propias palabras, muy de Estares, “la Ostia”. Es también, dice, oportunidad de forjar amistades en lugares oscuros, allí donde más útiles pueden ser. ¡Ah, Samara, cuánto te gusta la penumbra!

Samara contraataca. “¿Qué te hizo embarcarte en las aventuras, Naltiria?” A la archimaga se la adivina gran amargura en los ojos mientras, con la mirada perdida, contesta, “Un sueño pueril, del que desperté de una terrible bofetada, de la peor manera posible” “Oh, Naltiria, hay días que veo en ti esa ingenuidad” -contesta la mediana – “pero otros días no queda rastro”.

Tenar parece disfrutar del viaje, pues revolotea cerca del barco gracias a su magia, zambulléndose de vez en cuando en las aguas del océano. La capitana, que cada noche se tumba en el bauprés a observar el cielo, en este atardecer charla animadamente con Alix acerca de la pasión de ambos: las pistolas.

Tenar se acerca a Samara una vez más; ambas parecen estar forjando una buena amistad, y gozan de sus charlas. La alta elfa quiere llevarse a la mediana de paseo por el plano astral, pero su magia de viaje parece no funcionar, así que tendrán que charlar en el plano material. Hablan de la Emperatriz, conscientes de que nos utiliza como peones en su partida. No obstante, amigos, si conocen las reglas del ajedrez, sabrán que los peones pueden coronar… Así se siente Samara, que ha pasado en pocos meses de vivir en las calles a ser la primera embajadora del Imperio de Athanae. Sin duda, mucho ha cambiado. También hablan de un humilde servidor, a lo que Samara, como si acabara de recordar algo, sale decidida hacia los camarotes… Sin pensarlo mucho, y con gran destreza, se deshace de sus vestiduras, y también de las mías, y sin darme oportunidad de defenderme, se me planta encima. Sorprendido, pero decidido a dar lo mejor de mí mismo, correspondo a la fogosa halfling. Pero a media faena, aparece Alix, con cara de pocos amigos, intentando poner a Samara la correa que guarda desde Gecko mientras estamos a lo nuestro. Intento concentrarme mientras Samara y Alix hablan unos segundos, voto a todo el Olimpo, que no puedo recordar de qué, y gracias a Shindalar, mantengo la concentración para continuar con nuestro asunto pendiente.

A la mañana siguiente, algunos miembros del grupo tenemos más ojeras que otros, pero también he de decir que algunos lucimos mejores sonrisas. La capitana se acerca a mí mientras friego con denuedo la cubierta, y me pregunta por la profesión de mis padres. Bien saben vuestras mercedes que ambos eran artistas de circo, y así se lo hago saber a Sharteen, que asiente divertida. Algunos hombres de La Aguja Plateada intercambian monedas, voto a Fortunna que alguna apuesta se traían entre manos.

Durante la quinta noche, no puedo contener más mis ganas de hablar nuevamente con la capitana, así que mientras observa el estrellado firmamento, voto a Alunne, que no puedo ver más estrella que ella. Sonríe satisfecha, y parece ducha en este juego, aunque me rechaza cortésmente como parte del protocolo marino. He de retirarme en esta ocasión.

A la noche siguiente nos sorprende una tormenta, pero la veterana tripulación nos mantiene a salvo, aunque Kaito pierde el equilibrio al zozobrar la nave. El hiraneano, tan ardiente siempre, parece apagarse un momento en la tormenta.

Finalmente fondeamos en Ihstandria, donde Sharteen conoce los protocolos a la perfección, paga la suma correspondiente y va a entrevistarse con Konju Xu’an, como es su deber por ser capitana de la nave, prohibiendo a los demás que la acompañemos. Mientras, Samara y Tenar preparan la mente de la halfling para que pueda negociar con la reina naga, y solicitan del capataz Fishner del puerto una cita. Tras pagar una suma de monedas de oro, nuestra intrépida embajadora toma su cetro, y se dirige al palacio.

La mediana usa sus herramientas: presenta su propuesta con habilidad, valiéndose de sus trabajados documentos y cálculos; durante toda la exposición Konju sonríe divertida, pues parece interesarle la propuesta que Samara trae; sin embargo, tuerce el gesto cuando se habla de “ducado” en lugar de reino. No obstante, tras escrutar en el interior de Samara, promete pensarse su propuesta y la despide cortésmente, ofreciéndole consejo acerca de dónde puede relajarse y tomar descanso en la ciudad.

A la vuelta de su encuentro con la reina naga, Samara está nerviosa, y necesita relajarse, así que haciendo caso del consejo de nuestra anfitriona, y acompañada de Tenar y un servidor, nos encaminamos a una famosa taberna a tomar un trago. Un pirata se aproxima a Samara y tras cambiar una contraseña, empiezan a hablar de un capitán pirata llamado Yzer, conocido como el “El Gordo” por evidentes razones. Tiene fama de ser un violador, un sádico pero lo suficientemente cobarde como para no matar a sus víctimas, prefiriendo humillarlas y crearles traumas. No tiene fama de ser un gran luchador, y preguntado por el famoso o infame “código de los piratas” el contacto de Samara deja entrever que es algo que existe, pero es muy relativo y dado a interpretaciones. Hay duelos, pero no es lo más habitual. El capitán Yzer parece actuar normalmente en las costas de Grondia, Tras esta conversación, mientras salimos, un pirata me detiene, y me ofrece una cantidad de oro por una canción, que acepto gustoso. En el escenario, toco la famosa tonada pirata tyrana “Jim Beardless” y me gano algunos aplausos. Recojo mis instrumentos, y de la que salgo, veo a Sharteen en actitud relajada, mientras algunos de nuestros escoltas drows se dirigen hacia ella, con clara intención de provocar una pelea. Me quedo cerca, mano en empuñadura de mi fiel “Rapier Noir” por si tuviera que echar una mano a la capitana Tiffon. Sin embargo, la pirata hace gala de nervios templados, y tras ganarles las batalla dialéctica, se dirige a mí. “Sigue a la luz más brillante” me espeta, mientras se dirige a una habitación. Voto a Fortunna, que nunca tuve la suerte tan de mi lado, voto a Shindalar que nunca se conoció tanta pasión bajo unas sábanas.

En otra parte de Ihstandria, Naltiria decide buscar una biblioteca o algo similar, acompañada de Kaito. Lo más parecido parece ser la torre de hechicería, regentada por Histarion “El Negro”, que tiene un pasado turbio en Re-Ionnae, de donde parece haber sido exiliado. En esa torre, les recibe un diablillo, a todas luces familiar del archimago, que les informa de que su amo no se encuentra en la torre y no regresará hasta la noche. No obstante, les ofrece pasar a la biblioteca de Histarion… a cambio de un alma. Durante un fugaz instante, Naltiria mira de reojo a la ciudad, donde decenas de drows pasean tranquilamente… pero sonríe al diablillo, y se retiran, al menos hasta la noche, a La Aguja.

De regreso al barco tras la copa, Tenar tiene una conversación con Alix. De la manera más maternal posible, la alta elfa trata de ayudar al muchacho que continúa malhumorado. Tenar tira de humor para intentar descolocar al chico, que quizá está celoso de un servidor, sobre todo tras la noche en que Samara decidió visitar mi hamaca. Alix echa en cara que Tenar se haya fijado en la belleza del bardo, siendo esto casi un insulto a la memoria de Lothar, el cazabrujas mentor de Alix y amante de Tenar. La alta elfa finge estar más interesada en Samara, y Alix, que tarda en pillar la broma, no parece muy satisfecho.

Un nuevo día de aventuras despunta, y Konju hace llamar a Samara, pues parece haber reflexionado acerca del acuerdo. Acude rauda la mediana, ansiosa de conocer la respuesta. La reina naga está más o menos satisfecha con el acuerdo, siempre que se retoquen algunos puntos, como la denominación de ducado, ya que Xu’an quiere seguir siendo reina. Además, quiere que el grupo realice una misión para ella, cuando acabemos la que nos ocupa, cosa a la que Samara accede. Por último, Konju reclama una flota permanente sufragada por el Imperio como guarnición. Konju entrega banderas para nuestra flota, de forma que podamos negociar con los capitanes piratas. ¡El trato está cerrado, ponemos rumbo al Mar Escarlata! La aguerrida Sharteen comienza a dar órdenes, las velas se despliegan, dejamos puerto.

Mientras cada cual se coloca en su puesto, Alix hace burla de este pobre bardo, que sonríe feliz. “Oh Alix, chico, ¡alégrate! ¿Qué puede ser tan malo?” “Tu seguridad en ti mismo es lo que me da asco” "Ah, Alix, deberías tratar de hacerlo tú también. Tienes razones para ello, nunca había conocido a un rapaz como tú. Eres carne de leyenda, el muchacho que ayudó a la expansión del Imperio, que leyó los míticos Tomos de Poder. En esa historia, yo sólo seré el humilde bardo que narrará tu gran historia” Alix levanta la ceja, desconfiado.“ "¿Pero qué te has fumado? Anda, ayúdame con este cubo, princesa" Le sonrío de vuelta. “Ríete si quieres. Eres más impresionante de lo que crees, Alix. Aquí tienes el cubo”

El viento sopla en nuestras caras. Viento de aventura, vive Fortunna.

Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

Sesión III:

No os sorprenderá saber que mi relato comienza, una vez más, en la torre de la Archimaga, donde Naltiria pide a Alix una nueva reunión a solas; la conjuradora parece interesada en entrevistarse individualmente con algunos miembros de la compañía.

Naltiria sabe utilizar las palabras adecuadas a cada oreja; solicita de Alix algo similar a lo que pidió a Neesa, pero utiliza otra aproximación. Ya no habla de brújula moral, si no de puntos de vista distintos y frescos, opiniones que la juventud del muchacho pueda aportar a un grupo con miembros más veteranos. A pesar del enfoque personalizado, él parece escéptico. Alix confiesa que desde la aventura de la Torre de Mhara, se encuentra perdido, sin saber muy bien qué pinta con este grupo, y más aun, qué pinta de aventuras. Se siente inferior a los demás miembros, siente que no aporta nada, que no tiene habilidades destacadas. Naltiria anima al chico, intentando que se valore más a sí mismo.

Tras ello, es el turno de Tenar. Aunque Naltiria quiere empezar la conversación dejando ver que busca una aprendiz de archimaga, la Alta Elfa no pierde un instante, y echa en cara a Naltiria su cambio de discurso respecto de la urgencia e importancia de centrarse en la búsqueda de los Tomos de Poder. Antes de la Torre de Mhara era todo prisa, y ahora, eso ha quedado en segundo plano, empañado por ponerse al servicio de la Emperatriz. Poco menos que cobarde, llega a insinuar Tenar. Naltiria se defiende exponiendo que ha cambiado su punto de vista, precisamente tras fracasar en el intento de leer el tomo que se encuentra al final del camino de Mhara. Hablan de varias cosas más, del grupo, de los dioses, de la vida pasada de Naltiria. La archimaga vuelve al tema de la búsqueda de aprendiz, pero Tenar no termina de interesarse, y ofrece a Naltiria algunas alternativas, en una sutil pero clara negativa a tomar a Naltiria como maestra.

¡Toc, toc! Tariq llama a la puerta de la torre, y Samara, como alma que lleva Maddusse, corre a abrir. Se va con él, a informar del éxito de la misión de la tumba de Varsovia Blosk. Tariq parece satisfecho, y Samara le pide que le asigne el mismo equipo en más ocasiones, pues se ha sentido cómoda con estos compañeros. El reionita, no obstante, no comparte este punto de vista dando alguna que otra evasiva, y diciendo que en cada misión se le asignarán compañeros adecuados. Ante la negativa, la halfling pide entonces recursos para entrar en el sancta sanctorum de Hyandora; Tariq esconde hábilmente su sorpresa, pero tiene que preguntar para qué querría Samara semejante cosa. La mediana parece poco dispuesta a revelar nada más, así que se zanja el tema dejándolo para más adelante. A cambio, Tariq ofrece una nueva misión en nombre de la Dulce Miel: Recuperar un cuadro y una carta. Markus Janssen está interesado en recuperar un cuadro de su propiedad, en el que se representa a una mujer desnuda tumbada en un diván, y una carta, probablemente de contenido comprometido. Ahora están en poder del Capitán Yzer “El Grande” que en su nave “El Aullido Negro” surca el Mar Escarlata ejerciendo la piratería. Su residencia está en la isla Espina Cruel. Además de recuperar dichos bienes, para que la misión sea considerada un éxito, y por tanto sea exigible la recompensa, se ha de castigar al capitán pirata. Tariq tiende a Samara una plancha dorada, con la que, tras cercenar la mano derecha del malandro, se debe cauterizar la herida. Eso hará que el miembro no sea recuperable, ni siquiera por métodos mágicos. Tariq da las señas a Samara del nuevo grupo operativo que la ayudará en esta delicada misión, más si cabe teniendo en cuenta que es muy posible que este sea uno de los capitanes que haya que convencer para unirse a la causa imperial. Su contacto será el “Jazmín Diabólico”, que encontrará en la posada “Delirio del Mar Escarlata”

De vuelta a la torre, Alix entra sofocado, y tras recuperar el aliento, pide que le acompañe alguien que sepa “regatear”. Llegan a la conclusión de que Naltiria es la mejor opción, pues además de sus dotes oratorias, su posición puede procurar algún descuento adicional en el comercio que sea. Pide también dinero, para comprar una belleza, una hermosura una… pistola, que cuesta más de cincuenta mil monedas de oro. Tenar, que parece la encargada de la economía del grupo, consulta su libro de cuentas y asiente, de modo que ambas mujeres acompañan al muchacho a ver a un dicharachero comerciante, que bien sabe vender su mercancía. Presenta a los potenciales compradores dos pistolas, una de las cuales es mágica, además de dos tipos de munición. Naltiria examina los bienes, y apela al patriotismo y sentido del deber del tendero. Parece satisfecha, pues el hábil vendedor está haciendo un importante descuento en el precio de mercado de las armas. Tras varios tiras y aflojas, Alix se hace con el arma mágica, y el tendero le regala su correspondiente funda. Alix, más feliz que un niño con zapatos nuevos, acaricia su nuevo juguete mientras camina de vuelta a la torre.

Al regresar a la edificación, Tenar busca a Samara, pues quiere tomar una copa con la halfling, y tener una amigable charla. La Alta Elfa abre un portal a una taberna apartada en medio de ninguna parte, piden sus consumiciones, y hablan distendidamente. Tenar comienza hablando acerca de su reciente conversación con Naltiria, y ambas parecen satisfechas de que la archimaga parezca estar dando un paso adelante como líder. Hablan también de los míticos tomos… Samara parece pensar que si el grupo es tan poderoso como para reclamar estos artefactos, ¿por qué deberíamos cambiar un mundo en que seríamos la élite? Está convencida de que Naltiria tiene una cruzada personal, lo que la está haciendo buscar ese poder con tanta tenacidad. Opina que quiere utilizarlo para cobrarse venganza contra lo que quiera, o quien quiera, que la hiciera daño. Tenar asiente asertivamente, y habla a Samara de aventuras pasadas del Crisol. Cuenta que todo iba más o menos bien hasta que una serie de malas decisiones, empezando por confiar en el druida Ah Puch como recipiente de un ente divino que buscaba venganza contra no-muertos, y pasando por la descabezada decisión de entrar a fuego y sangre en Funterish acabó por resquebrajar el Crisol Plateado. Samara sonríe de medio lado, alza su copa y contesta, “Ahora, somos una nueva compañía y hemos empezado bien así que, sigamos por ese camino” Ambas brindan y parecen estrechar sus lazos en privado. Regresan a la torre, y antes de retirarnos a descansar, encargan a los bardos que pensemos un nombre para la nueva compañía.

Amanece un nuevo y brillante día de Finnalander sobre Taneo. Propongo una serie de nombres para el grupo, se somete a votación, y finalmente se decide que seremos conocidos como “Los Caminantes sin Rostro”. Este es el día en que la Emperatriz ha de recibirnos en audiencia, para rendir cuentas de la misión en Bloskaya y recibir nuevas instrucciones. Tras la protocolaria espera, Anne I de Athanae nos recibe con exquisitos modales. Su discurso es ágil y su voz aterciopelada. Su presencia, ominosa y reconfortante al tiempo. Su sonrisa, cálida y altiva a la vez. Es sin duda una líder, me digo, una mujer fuerte que se ha hecho a sí misma.

Pero basta de obnubilarnos con tan prestigiosa anfitriona, centrémonos en las palabras que allí se dicen. Lo primero, la dignataria nos escruta rápidamente con la mirada. Sabe que han cambiado cosas, hay nuevos miembros en el grupo, faltan otros. Un rápido vistazo la basta por ahora, y pasa a felicitarnos por el éxito en Bloskaya, y ofrece la recompensa: una suma de dinero acordada, y siete anillos mágicos, para los miembros de la compañía que iniciasen la misión. Kaito no parece interesado en los bienes materiales, así que renuncia al suyo, otro de los anillos le correspondería a Hägar, el clérigo de Finnalis que abandonó la compañía en recientes fechas. Tenar recoge esos dos, y los añade al inventario común. Tras ello, nos presentamos como la nueva compañía “Los Caminantes sin Rostro”. Anne asiente satisfecha, y aprovecho mi momento para presentarme humildemente ante la emperatriz de todo Athanae, y esposa de Arduin “Voz de Plata”. Anne no parece impresionada, por supuesto, pero al menos he tenido la oportunidad de dirigirme a ella en primera persona.

La nueva misión, tal y como nos adelantó Naltiria, consiste en forjar alianzas para el Imperio: Alianzas nuevas y extrañas, como los Piratas del mar Escarlata. Esta alianza debe ser, nos dice Von Xavras, extraoficial, ya que no sería beneficioso para la reputación que quiere para el Imperio; no obstante, es necesaria, pues todo esfuerzo que hagan los piratas por estorbar y saquear al Imperio de Hiranae será en beneficio de Athanae. Aunque es prácticamente seguro que debamos negociar con Konju Xu’an, tampoco se la considera oficialmente la líder de los piratas, que no tienen en realidad tal cosa. La naga “reina” en el atolón de Istandria, quizá el puerto más importante del Mar Escarlata. Para este cometido, la Emperatriz nos ofrece un cofre con tres millones de monedas de oro, como material para negociar con Xu’an. En esa cantidad va implícita la recompensa, esto es, nos podremos quedar con todo cuanto sobre de esa suma. Para emprender este viaje, nos ofrece los servicios de la Capitana Sharteen Tiffon, famosa pirata que siempre ha estado en buenos términos con los Von Xavras. Ahora, Anne quiere un paso más: que la díscola capitana acepte un cargo de Almirante de los mares del Sur. Para ello, nos entrega dos pistolas doradas, que Alix observa con fascinación: Son una revolución tecnológica, capaces de disparar proyectiles a una velocidad nunca antes vista. Además, la misma caja contiene el uniforme de Almirante Imperial. A pesar de que Anne asegura que Sharteen estará muy interesada en estos objetos, se trata de un alma libre que no aceptará fácilmente someterse al orden militar, o siquiera a una bandera. La diplomacia ha de ser la mejor aliada. Por último, nos informa de una reunión concertada con la matriarca drow. Ya ha cooperado con ella durante la plaga, pero fueron acuerdos puntuales. Será también tarea difícil llegar a un acuerdo más o menos estable, pero nos asegura que hay terrenos comunes en los que se puede trabajar. Para esta misión, y como pago adelantado, nos ofrece una Capa mágica a cada uno, además del cetro que portará el embajador designado. De nuevo, Kaito renuncia a la suya, de modo que Tenar la guarda. Las capas, además de propiedades mágicas, llevan visible el emblema del Imperio, y nos identifica como embajadores de Athanae. Nos dice la emperatriz, que la matriarca es una mujer rica, poderosa y tremendamente orgullosa, razones por las cuales la negociación no será sencilla. Domina toda la infraoscuridad de Hiranae, pero su influencia se extiende también a Athanae y otros continentes bajo el suelo. La reunión, nos asevera nuestra mecenas, tiene garantizada la seguridad, pero el resto de la infraoscuridad corre de nuestra cuenta. Para llegar a la reunión, vamos a tener una escolta drow de naves tipo Incursor. Aunque el convoy estará al teórico mando de Sharteen, es muy probable que no la haga ninguna gracia tratar con los drow. Ishizake Hatsume será nuestro contacto, y nos reunirá con Vithanti Kismeth en la ciudad infraoscura de Kri’Xia. Anne advierte mucho a Samara acerca de los riesgos que está asumiendo aceptando el puesto de embajadora imperial, pero ella sigue decidida. Antes de finalizar la audiencia, Neesa tiene una petición para la emperatriz, así que le cuenta el problema que acucia a su poblado de hadas en Zhargosh: Una tribu de amazonas seguidoras de Punniena amenaza la vida pacífica de las criaturas faéricas. Anne asiente condescendiente, y asegura a Neesa que se encargará del problema mientras nosotros nos dedicamos a resolver nuestra misión.

Samara y la Emperatriz se reúnen a solas, para que la mandataria resuelva cualquier duda que la mediana pudiera tener acerca de cómo actuar una vez tome cargo de sus nuevas responsabilidades. La única línea roja que la Emperatriz pone es ahorrar sufrimiento innecesario a la población del Imperio, cosa que parece molestar a Samara, que tendrá que buscar alternativas a algunas de las ideas que le rondaban la cabeza. Entre ellas, el acuerdo con el capitán Misha de Bloskaya. Para evitar males mayores, pide a la emperatriz que le aleje a él y sus hombres del frente… cosa que Anne accede a hacer, de momento.

Sharteen nos espera en Gecko, al sur de Zhargosh. Neesa quiere, aprovechando el viaje, visitar su poblado. Allí informa con gran alegría de que la Emperatriz en persona va a tomar cartas en el asunto de las amazonas, pero los congéneres del hada no comparten su entusiasmo. No gustan de que extraños se inmiscuyan en sus asuntos, y desconfían de las soluciones que puedan traer. Tremendamente decepcionada por la reacción de los suyos, Neesa regresa con el grupo, cabizbaja, y emprenden nuevamente el camino a Gecko, para encontrarse con Sharteen Tiffon. Voto a Fortunna, que la aventura comienza de verdad...

 

 

 


Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

 Sesión II:

Comenzamos, como empieza a ser habitual, reunidos en la torre de Naltiria, con la determinación de refundar el grupo. Algunos abogan por trabajar para la Emperatriz. También se habla de la posición de Naltiria como “empleadora” o “líder”, cosa que parece ser uno de los problemas de los que adolece este grupo, proponiendo Samara que si ha de refundarse, tiene que desaparecer esta distinción, siendo más adecuado el trato entre iguales.



 La misteriosa mediana propone, como digo, cumplir misiones para la Emperatriz, ya que eso nos puede proporcionar “poder”. ¡Ah! El “Poder” es un término muy amplio, que va desde ayudar a viejecitas a cruzar la calle, a dominar el mundo, según cada cual lo quiera utilizar… Tenar prefiere la vertiente del prestigio, ya que ganar el favor de una poderosa aliada, como puede ser Anne I de Athanae, sin duda puede beneficiarnos de muchas maneras, arguye. Naltiria parece querer poner algo de moralidad en las misiones que podamos aceptar de nuestra posible mecenas, aunque no pone demasiado ahínco en remarcarlo. Un misterioso “alto objetivo final” parece estar de fondo en toda la discusión, objetivo que me tiene intrigado sobremanera, y por el que pregunto… me emplazan a esperar, pues me será revelado en breve. ¡Oh, Fortunna, que épicas aventuras nos aguardan!

Naltiria parece convencida de llevar a cabo esas misiones para Anne, y ganarse su “confianza”, o al menos, su favor. Mientras resuelven estas misiones, estas aventuras, dice, buscarán pistas acerca de ese “objetivo final”. Ella y Samara parecen llevar las riendas de toda la conversación, con apuntes puntuales de Tenar. El muchacho Alix apenas interviene y se limita a refunfuñar con desaprobación; no le gusta lo que se está discutiendo, y se palpa que no se siente parte de este equipo. Por su parte Neesa, el hada, también es reticente a ponerse al servicio de la Emperatriz, pues duda de la moralidad e intenciones de la mandataria. Sin embargo, su influencia parece débil en el grupo, y apenas puede oponer resistencia ante la pujanza conjunta de Naltiria, Samara y Tenar.

Se llega a la conclusión de que aceptar ponerse al servicio de Anne puede ser la mejor opción. Por fin, Naltiria parece dispuesta a contarnos a Kaito y a mí en qué consiste esa gran misión ulterior tan enigmática… Voto a La Sombra, que ni siquiera sus seguidores se andan con tanto misterio. Nos pide mantener en el más absoluto secreto, voto a Barenna, que nunca fui bueno guardándolos, pero haré lo que pueda.

¡Se desvela el verdadero objetivo del grupo! Nos cuenta acerca de unos míticos tomos, que a su vez apuntan a unos aún más míticos artefactos de tal poder que podrían destruir y crear el mundo, a voluntad de su poseedor o poseedores. Tal poder está por encima de los mismísimos dioses, dioses a los que nuestra archimaga no parece tener el más mínimo afecto; les acusa de traficar con almas como quien lo hace con mercancías ilegales en el mercado negro, y afirma que si tuviera a su disposición esos artefactos, crearía un mundo sin estas divinidades, libre del yugo que, según ella, los dioses nos imponen. Voto a todo el Olimpo, curiosa manera de ver el mundo…

Samara parece encantada por todo este asunto, y hace preguntas acerca de qué tomos pueden ser los más accesibles. Según Naltiria, uno en el bosque de Tyrsis, custodiado por la archidruida, y otro salvaguardado por la Emperatriz de Re-Ionnae, la Santa Hyandora, parecen los menos complicados. ¡Los menos complicados, voto a Ashtorgoth mismo! Uno, custodiado por la una druida de inconmensurable poder sobre la Naturaleza, y otro guardado celosamente por la Emperatriz de Re-Ionnae, de quien se dice que posee un poder cuasidivino, ya que es creencia popular que se trata del mismísimo avatar de Ilfaath. Si alguna vez se emprendió una épica gesta, voto a Barenna, ¡ha de ser esta!

Uno de las temas en los que hacen hincapié es en que debemos remar todos en la misma dirección, ser un grupo más o menos bien avenido… Propongo contarles mi historia, para romper el hielo y empezar a establecer relaciones, pero me quedo con un palmo de narices cuando rechazan mi idea. No parecen muy interesados en saberla, ni en contarme las suyas. Curiosa manera de hacer piña… Voto a Fortunna que no encontré jamás grupo de aventureros tan peculiar.

Sin embargo, la mediana parece aún más interesada en dejar de hablar y ponerse a trabajar ¡YA! para la Emperatriz, a pesar de que la archimaga dice que no tenemos cita con nuestra nueva mecenas hasta dentro de unos días; no obstante, la pequeña pero inquieta halfling no está a gusto en la misma posición por más de unos segundos. Samara parece también impaciente por cobrar la recompensa prometida por Tariq, contacto del grupo con el Imperio, por la misión llevada a cabo en Bloskaya, razón de más para salir de la torre a toda prisa. En algún momento se dice que el tal Tariq está al servicio directo del consorte Arduin, “Voz de Plata” el bardo pobre, como le conocen en algunos lugares, y posiblemente, una de las voces más famosas de todo Athanae...

Naltiria nos hace saber el primer trabajo que la Emperatriz nos va a encargar a su servicio: Forjar una alianza con la matriarca hiraneana drow Vithanti Kismeth. En la corte de esta matriarca, deberíamos dejar un Embajador o Consejero, en teoría hasta el fin de la guerra, como gesto de buena voluntad y enlace. A este lugar nos llevaría la capitana Sharteen Tifón, famosa y hábil marinera y pirata, a quien también deberíamos convencer para que acepte un cargo de Almirante en la flota imperial. La capitana es conocida por tener un carácter difícil, y ser tremendamente imprevisible. Por último, deberíamos sellar otra alianza con los Piratas del Mar Escarlata, liderados por Konju Xu’an, una poderosa naga capaz de leer la mente de quien ose plantarse delante, y conocida por su astucia, ambición y avaricia. Es, por tanto, peligrosa.

Parecemos decididos a empezar esta misión, tan poco halagüeña, pero los miembros veteranos del grupo parecen convencidos de estar a nuestro alcance. Samara da un paso al frente, y se ofrece voluntaria como embajadora imperial en la corte de la matriarca Kismeth sin dudarlo. Todos la miran un momento sorprendidos, pero nadie rechista. Con este asunto resuelto, la reunión se da por finalizada, y cada cual va a resolver sus cuitas.

Nos acercamos ahora a una apartada estancia de la torre, donde Naltiria y Neesa se reúnen a solas. La archimaga muestra su verdadero rostro, cosa que parece haber hecho en ocasiones anteriores ante el hada. Naltiria, ahora Galidarian, pide a Neesa que la sirva como brújula moral, pues siente que la suya está estropeada. Neesa, reticente a trabajar para Anne en primer lugar, finalmente cede a la petición de Galidarian, pues siente, quizá, que pueda ejercer su influencia sobre Naltiria, y de ese modo, sobre el resto del equipo...

Mientras, Samara vuelve a la misteriosa base secreta de los TAZOS; discute con Friki, acerca de su intrincada misión, donde habrán de utilizar el ingenio ISAIAS mk. I para, con tremenda audacia, colarse por el congelado río Volkor hasta la tumba de la mismísima Varsovia Blosk, protectora, patrona y heroína de la ciudad de Bloskaya.

El artefacto ideado y construido por Friki funciona a las mil maravillas, y sin demasiado contratiempo, llegan a la tumba de la paladina, donde se disponen a profanar la sepultura. Los ojillos de Samara brillan con avaricia al ver los ajuares que porta el cadáver de Varsovia, alarga la mano, tomando la sagrada espada… sólo para ser desintegrada por el divino poder que de ella emana.

Los dioses, por razones que sólo ellos conocen, son generosos con la halfling, que acude a la llamada a la vida que emite Tenar, preocupada al sentir que su compañera ha desaparecido de su vínculo mágico. Sin perder un instante, regresa junto a sus compañeros de los TAZOS, para descubrir que su misión ha sido un éxito, y las reliquias de Varsovia Blosk, se hallan ahora en poder de la Dulce Miel. Un triunfo para Samara, quién sabe qué nuevas misiones y aventuras en la sombra, la aguardan…