Cartas al Lobo Blanco - 1

Hace 67 años.
Para: Sumo sacerdote de Ulric
A: Castillo del Graf de Middenheim
De: Comandante en Jefe de la Legion XXIII
En: Campamento Luccini (Tilea Sur)

Ilustrísimo Reverendísimo Sumo sacerdote de Ulric:

Siguiendo sus órdenes la Legión XXIII, fue enviada a las proximidades de la ciudad de Monte Castelo, las tropas asentaron el campamento a 10 Km, dentro de un bosque próximo. Sus dos mercenarios fueron equipados y enviados a la ciudad para la infiltración.

Perdimos contacto con ellos tras cinco meses en la ciudad.

Regularmente nos enviaban informes a través de un joven recluta, pero él nos informa que han dejado la posada y no les ha visto desde hace dos días.

Enviamos a cinco soldados para investigar su desaparición y desde su llegada informaron de estar siendo vigilados por fuerzas locales. Aun así, consiguieron localizar a uno de los agentes. Rodrigo Huerta, permanecía en la Morgue de la ciudad desde hacía casi dos semanas. Los soldados consiguieron comprobar el cadáver, que había sido encontrado en una de las alcantarillas por un vagabundo. Presentaba evidencias de haber sido torturado, desangrado hasta la muerte y presentaba varias extremidades amputadas.

Retiramos a los soldados de la ciudad y enviamos a uno de nuestros mejores agentes de campo para que intentara infiltrarse y localizara al segundo mercenario.

Tras cuatro meses, consiguió infiltrarse entre la alta sociedad. Ganándose los favores de un Conde local, el Conde Galeazzo.

Nuestro agente localizo a Francisco de Vega en una fiesta celebrada en el Castillo de Valentino, por el Conde Joshner Von Persy.

Nuestras informaciones acerca del Conde Joshner Von Persy, es que proviene del norte, tiene su castillo cerca de Marienburgo, tiene una flota de barcos con la que ha conseguido mucho dinero y comprar su título.

Nuestro agente, contactó con Francisco, y según nos informo había hecho contacto con el objetivo el Conde Joshner, conquistando a su hijastra Arianni Von Persy, y prometiéndose con ella. Nos indicó que los negocios turbios del Conde iban mucho más allá de lo que se había planteado y que aunque estaba cerca aún no había conseguido desenmascarar a las personas que había tras él.

También nos advirtió que iba a haber una nueva fiesta en 3 semanas, a la que acudirían ciertos “invitados especiales” a los cuales el Conde llevaba esperando desde hacía mucho tiempo y que esa sería la oportunidad que estaba esperando.

Tras la fiesta y ser informados, nuestro agente, con ayuda de Francisco consiguió infiltrar entre la servidumbre del banquete a 20 de nuestros soldados, entre funciones de jardinería, cocina, y servicio extra para la fiesta, con ello, tendríamos suficiente gente dentro del castillo como para poder actuar en caso de necesidad, además un regimiento, de cincuenta hombres, se escondería en un pasaje subterráneo desde el cual podrían acceder al castillo y capturar al Conde y sus invitados.

Todo estaba preparado, no había ningún cabo suelto en el plan, habíamos podido ajustar los tiempos y hasta teníamos rutas de escape para poder sacar a Francisco y a nuestra agente Cerina si era necesario.

Llego la noche de la fiesta y la mansión estaba atestada de gente, calculamos que unos doscientos invitados habían llegado, muchos en carruajes, dirigencias, incluso en algunos barcos. Que sumados a los sirvientes harían un total de unas trescientas cincuenta personas, además de la familia Von Persy y sus allegados entre los que estaban nuestros agentes.

Comenzó la misión y desde ese momento hubo silencio, los pocos informes que llegaron fueron erráticos, y contradictorios. La incursión estaba programada para las cinco de la mañana. Pero hasta las seis no hubo noticias.

Un mensajero llego a las seis menos cinco al campamento de avanzada, desde donde se gestionaba todo, llego corriendo, descalzo, en estado de shock, y a duras penas pudo articular palabra antes de desmayarse, y su única palabra era “sangre”.
Se ordenó que dos regimientos que estaban en reserva con doscientos hombre cada uno, asaltara el castillo. A las siete de la mañana el castillo había sido tomado por nuestros hombres, pero había sido imposible capturar a ninguna persona… con vida.

Se encontraron en el Castillo unos trescientos cadáveres, todas nuestras tropas, el personal de servicio, además de los invitados, personalidades de la clase alta de la sociedad. Todos los cuerpos habían sido mutilados en mayor o menor medida, presentaban cortes y mordiscos, muchos estaban totalmente desangrados, y la sangre encharcaba el suelo y las paredes.

No se encontró ningún rastro de su hombre Francisco, ni de nuestra agente Cerina.

Se rastreó el Castillo, la Ciudad, las aldeas cercanas, y todos los trasportes que había llegado. Solo faltaba un barco, que en el recuento había desaparecido. Nadie lo vio zarpar. Y en los informes del puerto no había atracado, pero aparece en el recuento de barcos que se realizó antes de la fiesta.

Lamento profundamente tener que informarle de estas noticias, pero llevamos seis meses buscando por toda Tilea y no hemos localizado ni rastro de su hombre, ni de nuestra agente, ni de la familia Von Persy. Todos nuestros esfuerzos han sido en vano. Y se ha decidido cancelar la búsqueda, se les ha dado por “Desaparecidos en combate” y la familia Von Persy está en búsqueda y captura.


Atentamente,

Comandante en Jefe de la Legión XXIII