Acérquense, damas y caballeros, acérquense a este humilde bardo, para escuchar una nueva historia, acérquense para escuchar cómo me uní a un grupo, cuanto menos, peculiar...

Sesión VII:

Continúan las eternas charlas acerca de los planes para con los piratas. Samara, un poco harta del asunto, quiere ponerse, como siempre, a trabajar, y tiene una pequeña batalla lingüística acerca de tratados, contratos, acuerdos y pactos con los piratas. Está convencida nuestra intrépida mediana de que la idea que tiene en la cabeza para los piratas ha de ser suficiente.

Entretanto, entramos en el Mar Escarlata, y Sharteeen ordena a los marineros izar el pabellón de Konju Xu’An, que ondea al viento en La Aguja de Plata. Al poco algunas naves empiezan a unirse a nuestra comitiva, algunos de los más infames capitanes piratas, como Daigo “El Amarillo” con su nave “La Perla Siniestra” o Zssyvarx “Lengua Bífida” y su “Veneno Escarlata”. Sin embargo, El Colmillo del Dragón pasa de largo, mostrando poco o ningún aprecio por nuestra recién estrenada bandera. Una ominosa sombra nos observa desde las profundidades, y se hace el silencio a bordo del barco. Incluso Sharteen, siempre tan dicharachera, guarda absoluto silencio mientras nos sentimos observados por unos poderosos ojos marinos… Algunos de nosotros incluso creemos ver unos tentáculos gargantuescos deslizándose bajo la quilla. Tras unos minutos, nuestra capitana estima que el peligro ha pasado, y reanuda la actividad de La Aguja.

Aun más naves piratas se nos van uniendo en nuestro camino a La Espina Cruel, como Augr “El Horripilante" capitaneando “El Triturador Marino”, y otros más, cada cual más infame y peligroso que el anterior, hasta una docena. Las historias que conocemos de todos ellos son cada cual más grotesca y cruel que la anterior, lo cual nos inspira mucha, “confianza”...

Antes de llegar a puerto, la pequeña Neesa se acerca una vez más a un servidor, y me pide que toque la canción que busca a Kaito, por si él pudiera saber algo más. La tarareo lo mejor que puedo, y Kaito saca su shamisen y continúa la melodía, creo que él también la conoce, aunque su letra, en hiraneano, no parece coincidir del todo…

Estamos llegando a puerto, y Zhao “Mano de Fuego” nos recibe en su nave, invitándonos a atracar en Espina Cruel, para despacharnos una bienvenida digna de la hospitalidad pirata, término que no sabemos muy bien cómo interpretar. Mientras trata de provocar a Sharteen, ella nos mira haciendo acopio de frialdad para no enzarzarse a tiros, y asentimos, con lo que comienza el amarre, mientras la marina nos advierte que ella no quiere tener nada que ver con estas gentes, y esperará en su nave.

Zhao nos despacha con la legendaria fanfarronería pirata, haciendo uso de un discurso grandilocuente. Nos guía hasta una cueva, en cuyo interior los piratas han excavado una suerte de mansión enorme para este tipo de fiestas. Nos espera un gran banquete, servido por numerosos esclavos que trabajan a toda prisa con resignación en la mirada. No puedo evitar lanzarles una mirada lastimera a los pobres diablos privados de libertad, pero al menos, me digo, han corrido mejor suerte haciendo de cocineros y camareros que otras esclavitudes menos halagüeñas… quizá les utilicen para algo más, me temo, pero intento despejar esos pensamientos de mi cabeza mientras como la fuertemente sazonada comida pirata, intentando evitar la densa cerveza, ya que, voto a Fortunna si no hay más bebida que comida en las comunales mesas. Los piratas son groseros y carentes de modales, y comen y beben sin control mientras gritan sus aventuras y crímenes a sus camaradas. Cuando el capitán Zhao se acerca a nosotros para averiguar qué queremos, Samara toma la palabra y tras una breve charla, el pirata hiraneano grita que no negocia con civiles, y sólo lo hará con piratas. Eso nos deja en la tesitura de si debemos convertirnos en eso… A Alix parece llamarle la atención el asunto, máxime cuando Zhao describe las bondades de su estilo de vida, enfatizando la libertad y el hacer lo que quieras sin que nadie te diga cómo ni cuándo. Mirando un poco de reojo a Naltiria, Alix asiente interesado, y Zhao le ofrece tener una charla a solas acerca de cómo convertirse en uno de ellos.

Ambos se retiran a una habitación privada, llena de riquezas y tesoros saqueados, que Alix observa con curiosidad. Zhao, algo afectado ya por la cerveza pirata, que voto a los dioses, puede ser cualquier cosa excepto cerveza, mira con lascivia al muchacho, vendiéndole la piratería como un estilo de vida libre y maravilloso, lleno de ventajas… aunque pronto plantea el primer inconveniente, pues Zhao, famoso por tener gustos sexuales, digamos, poco maduros, quiere que nuestro cazabrujas limpie un trabuco, pero ninguno de los que están expuestos en la pared. Sin embargo, al tiempo que lo arrincona y le baja los calzones, descubre que Alix, que ha asegurado tener 14 años, debe tener alguno más a juzgar por lo que el capitán ve entre las piernas del muchacho. Presa de la frustración echa poco menos que a patadas a Alix de su habitación, para aliviarse de alguna otra manera sus perversas necesidades… No obstante, Alix se ha desenvuelto bien en la situación y ha caído en gracia a “Mano de Fuego” así que le promete al muchacho que si pasamos una serie de pruebas, podremos convertirnos en piratas y por tanto, negociar los términos que Samara propone.

La primera de esas pruebas, es la prueba de la “felicidad” consistente en cantar canciones piratas y beber hasta caer inconsciente. Mogrul, el ogro pirata, es nuestro rival, y sólo por el tamaño de su cuerpo estoy seguro que puede beber unos cuantos litros de la terrible cerveza pirata antes de caer inconsciente.

Voto a Barenna que es de admirar la capacidad del enorme pirata de cantar y beber al mismo tiempo canciones además, tan movidas como el Súper-Saja-Raja-Espialidoso. Su entonación es mala, y la letra de la canción pobre, pero canta, baila y bebe a tal ritmo que cuesta creerlo; enseguida tomo mi cuaderno e intento componer una canción pirata, pero ante el ruido y la presión, son Samara, Alix y Neesa los que improvisan unos versos mal rimados, que sin embargo hacen las delicias de los presentes, sobre todo cuando caen sin sentido vencidos por el licor. Tras unas cuantas estrofas y tras tumbar a dos compañeros, finalmente Mogrul cae, dando Zhao la prueba “de la felicidad” por concluida y superada. Nos invita “amablemente” a dejar la cueva, así que casi todos nos retiramos a La Aguja para trasnochar, excepto Samara, que trata de buscar una partida de “TAZOS” sin embargo, no termina de encontrar compañero con quien jugarla.

La segunda prueba, que nos aguarda a la mañana siguiente, consiste en una partida de Weiqi, juego de estrategia por turnos que consiste en arrinconar las piezas de tu oponente a medida que avanzas con las tuyas, de manera que se quede sin piedras para mover. Nos miramos entre nosotros y decidimos finalmente que sea Neesa quien juegue la partida contra la pirata Ixie, hiraneana que suponemos sea experta en el juego. Kaito conoce las reglas, que explica rápidamente a Neesa, y el hada, que ha acudido transmutada en humano pirata a todos los eventos, se dispone a jugar.

Fortunna está de nuestro lado, y tras una serie de buenas jugadas, Neesa se pone con ventaja en el tablero, ante una sorprendida rival, que se defiende como puede. Me dedico durante la intensa partida a susurrar ánimos al oído de Neesa, que muy concentrada, logra mantener su ventaja en el tramo final de la partida, a pesar del intento de remontada. Por los pelos, nuestra compañera gana el juego, y Zhao declara que hemos superado la segunda prueba de “estrategia”, antes de conducirnos a la tercera, la de “combate”. Nos ofrecen a cada uno una daga, una espada ropera, y una pistola con una bala. Ese es el exiguo equipamiento con el que vamos a contar para enfrentarnos a Maxtor, un enorme golem de “entrenamiento” que nos espera a bordo de un barco, mientras el grupo entra en la playa subterránea donde está amarrada dicha nave. En una pequeña colina de piedra, un enorme lanzavirotes llama nuestra atención. Comienza el combate, voto a Khayradin, y el golem, de dos tremendos saltos, se nos pone cuerpo a cuerpo, mientras algunos intentan inspeccionar o accionar la enorme balista, sin éxito. Canto, canto, por Barenna, que los dioses nos ayuden en este combate contra un golem de “entrenamiento”, que sin embargo, parece tener intenciones poco entrenadoras, y más bien asesinas...

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