Filosofía de un Jedi, por Jei Kwan




La Fuerza es un campo magnético, formado por... Eso es lo que te enseñan en la escuela del templo cuando eres niño. No has de menospreciarlo, pero la teoría sin praxis se cae por su peso.

La Fuerza anida en cada hombre, mujer o niño que te cruzas por la calle. En muchos casos duerme, o el ruido que hace no es suficiente para despertar a su poseedor. Otros simplemente ignoran el ruido. Tú la sientes, la dominas, la sometes a tu voluntad y Ella a la suya. Sois una misma cosa. La identidad carece de valor.

No debes pensar en el pasado, ni siquera en el futuro; El presente transcurre ahora y apenas dura el instante. Después es pasado y ya no debes tenerlo presente, pues caes en un error básico que se explica por si sólo. La Fuerza ya no está en el pasado, y aún no ha llegado al futuro. Quizá incluso tú no llegues a ese futuro que planeaste. Por eso debes centrate en el momento que vives, dejar de hacer suposiciones o teorías y basar tu acción en certezas. Ella te da pistas, te guía a tu destino, pero es sólo eso, un guía, no una prueba, no el camino. Es tu compañera en tu misión, y tú eres su aliado en el cumplimiento de Su voluntad.

Siéntela. En Ella están todas las respuestas, pero también todas las preguntas. En Ella estamos todos, los lejanos también. Por eso nunca debes decir adiós. Siempre estamos. Ella siempre ha estado. La continuidad de la Fuerza es su fortaleza. Ella nunca empezó, nunca acabará. Nunca ha dejado de estar y nunca lo hará. Es eterna. Y está contigo, compartís la existencia. Es contigo.

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