Las Aventuras de Fenregon (IV)

Tras un corto tiempo por la ciudad de Targos el caos se ha instalado en la ciudad de forma permanente, no solo por los rumores concernientes al “Baño de Sangre”, sino por la convulsionada situación política y social que vive Targos, la plaga de Fenris todavía no es cosa del pasado, y sigue dando sus últimos estertores de muerte, mientras bárbaros, templarios, sacerdotes y Samurais - que buscan un puesto de poder en el país - limpian sin descanso hasta el último recoveco de la agitada Targos.

Después de unas cuantas inversiones en busca de información, contacto con un agente, Valdyr, un hombre de mediana estatura amante de las sombras, al que no he podido aún ver el rostro, pero que tiene una voz ronca y rasgada. Me cuenta que las dagas que busco no se encuentran en el tesoro de Allanon, formaban parte del alijo de un tal Arcanys, que desapareció misteriosamente, así que su gremio, “La Dulce Miel” se ha encargado de custodiarlas. Son 12 dagas de plata y Valdyr me asegura que las puede conseguir por un módico precio. 1,2 millones de monedas de oro más un 15% para Valdyr por ser el intermediario.

La Baronesa Von Xavras, como es costumbre, no está disponible. De hecho hace tiempo que no viene por sus estancias en esta ciudad, y se sabe, por sus sirvientes, que se encuentra en intensas relaciones diplomáticas, es posible que pudiera traerse por fin un gobierno estable a Targos, y Von Xavras está en el ajo.

Un paseo por la ciudad en busca de mis informadores, resulta que el “Baño de sangre” se ha dejado ver por la costa de Targos y al parecer un número indeterminado de pasajeros ha desembarcado. La flota de Targos ha montado un bloqueo marítimo y el ejército está buscando a los posibles intrusos provenientes del “Baño de sangre”.

En ese momento me dirijo a la posada en la que nos encontramos a ver si Verzeevah pudiera estar en ese grupo que desembarco y ante la negativa del posadero quiero preparar un pequeño detalle para ella.

Compro una bonita mochila de cuero y gracias a una donación de unas cuantas monedas en un templo me hago con una rosa imperecedera. La rosa junto con a la armadura de las sombras que consiguió Einnon en Septenae serán un precioso regalo para Verzeevah, espero que la recoja y que ayude a mantenerla sana y salva. Hace demasiado tiempo que no la veo y creo que es mí deber revelarle mis sentimientos, ya que la misión en la que nos encontramos es posible que me aleje aun más de ella, así que me decido por incluir una pequeña carta en ese regalo.



Querida Verzeevah,
Se que hace mucho tiempo que no nos vemos y se que esto te pillara de sorpresa pero aun así creo que deberías saberlo.
Nos conocimos hace ya muchos años en la tierra de los bárbaros y desde aquel momento algo despertó en mi interior, algo que intente alejar de mi con el paso de los años y el peso de la responsabilidad pero que hoy por hoy todavía tengo muy presente en mi alma.
Se que me aleje de ti por respeto a lo que sentías hacia Cariopo y también me mantuve al margen después de la guerra contra Drektorn, era mi deber apoyarte en tu perdida y recuerdo con cariño y tristeza el tiempo que pase a tu lado. También retuvieron a mi corazón tus palabras sobre los Caballeros de Airul, el sacrificio y responsabilidad que conlleva así que tome la decisión por los dos de no revelarte lo que sentía por ti hasta ahora…
Verzeevah, desde nuestro primer encuentro, nuestro primer viaje a Tragos a lomos de Sven, nuestra primera misión en la que me engañaste como a un tonto, mi corazón se quedó prendado de tu determinación, de tu belleza, de la sutileza y gracia de tus movimientos, de la personalidad resolutiva y de la picardía con la que conseguiste manipularme. El profundo respeto y amistad con tus compañeros sumado a devoción con la servías a tu causa hicieron que el joven al que derrotaste con tan solo giro de tu muñeca, sangrara toda una vida por ti.
Siento de todo corazón si mis palabras te entristecen y hubiera deseado poder reprimir estos sentimientos para no hacer florecer malos recuerdos, pero las expectativas que tengo delante me hacen desear estar en paz conmigo mismo y para ello necesitaba decirte todo esto. Te amé desde el primer momento en que te vi. Y años después te sigo amando Verzeevah.
No sé lo que me deparara el futuro y dentro de mi algo me dice q no será un buen final, siento que Meghrem se ha descarriado de su camino y eso traerá consecuencias a todos los que le rodeamos, mas no temas por mí, si he de morir a causa del desatino de mi señor, asumiré mi muerte sabiendo que aunque no fui correspondido conocí, cuide y respete en la medida de lo posible al amor de mi vida.
Para terminar esta carta que espero que recibas, me gustaría que aceptases esta armadura, sé que te sentara como un guante y sé que apreciaras sus cualidades, espero que al igual que yo haría, esta armadura te cuide y te proteja y bajo la paradoja de su aspecto sombrío me recuerdes como un amante en la sombra que tuvo miedo de no ser suficiente para ti y acarrearte más dolor por culpa de sus responsabilidades.
Siempre te llevare en mi corazón y si nuestros caminos nunca llegan a cruzarse te estaré esperando en el más allá.
Fenregon Johannssen



Tras enjuagarme un poco las lágrimas y notar gotas de sudor recorriendo mi espalda recojo la rosa, la armadura y la carta y las meto dentro de la mochila para ella. El posadero tiene instrucciones de dárselo solo y exclusivamente a ella, y me he asegurado con una buena cantidad de que si para por la ciudad sepa que tiene algo esperándola.

Es el momento de dejar atrás todo lo demás y concentrarse en la misión, así que con paso decidido me encamino a la habitación de Laeuryn a compartir las informaciones y a decidir el próximo curso de acción.

Continuara…

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