Y un sin fin de explosiones invadieron mis agudizados oídos.
El templo se inundo de un gris debido al polvo, el techo se vino abajo y como
por instinto use la fuerza para mantener a flote lo que pude del techo para
ayudar a que otros como yo salieran de la habitación de entrenamiento.
- Rápido, salid de aquí cuanto antes, no se cuanto mas podre
resistir.
Y el techo pesaba demasiado y se vino abajo, y todo se
oscureció. Y me sumergí en un sueño profundo.
Desperté en una habitación, donde un hombre con una túnica
me cuidaba.
- Maestro…
- Descansa Keiran, aun estas mal herido, no se ni como has
sobrevivido.
Caí dormido de nuevo y al despertar otra vez, allí estaba el
cuidando de mi.
- Que tal te encuentras Keiran.
- Como si una montaña me hubiera aplastado.
- No tan grande pero parecido Keiran.
- Maestro Davin, ¿que ha sucedido?, ¿donde estamos?, tengo
tantas preguntas.
- Con calma Keiran, todo a su tiempo.
Pasaron los días y el Maestro Davin me fue contando todo lo
que había sucedido poco a poco para que lo fuera asimilando. El templo Jedi
había sido destruido, muchos de los nuestros habían muerto . El imperio se
había hecho con el control y los pocos Jedi que quedaban eran perseguidos.
Nos habíamos refugiado en un planeta en el borde exterior,
donde el Maestro me entrenaba durante largos periodos mientras me recuperaba de
aquella tragedia.
Muchos fueron los días en los que el Maestro se ausentaba
durante días, sin decirme donde iba. Solo que continuara entrenando y tuviera
paciencia.
Al cabo de 15 años el Maestro Davin salio un día y jamas
regresó, decidí salir a buscarlo, un presentimiento me decía que le había
pasado algo.
Cogí todo mi equipo y me encamine hacia la ciudad mas
cercana en el planeta donde estábamos. Allí pregunte por el dando su
descripción.
Encontré en una cantina un hombre que me dijo que había
partido hacia el planeta Corelia.
Así que me embarque en una nave en aquella dirección e
intentando pasar desapercibido nos pusimos rumbo a Corelia.
En el transcurso del viaje fuimos asaltados por unos
contrabandistas, que nos capturaron y nos llevaron al planeta Tinnel, cerca de
Corelia.
El Maestro Davin siempre me decía que tuviera mucho cuidado
usando mis poderes que si me descubrían, podrían matarme. Así que no opuse
resistencia ninguna.
Ya en Tinnel nos condujeron a un campamento de refugiados
donde nos mantenían presos.
Un día cualquiera mientras estábamos en los barracones,
oímos una explosión en las inmediaciones del campamento y al cabo de varios
minutos una Twi’lek apareció ante nosotros apremiando nos a seguirla para
escapar.
Los contrabandistas no estaban dispuestos a dejarnos marchar
así que mientras emprendimos la huida nos atacaban, uno de ellos escondido tras
una esquina se dispuso a atacar a la Twi’lek por la espalda y me vi obligado a
usar la fuerza para empujarlo para que no la matara, ella no pareció darse
cuenta lo cual me alegra. Pase al lado del contrabandista y cogí su vibro
espada.
La lucha se fue acrecentando yo me quedaba el ultimo para
que nadie se quedara atrás mientras la Twi’Lek se iba desasiendo de enemigos
mientras nos dirigíamos a una nave que se avistaba a lo lejos.
En un momento de la batalla la Twi’Lek y yo luchábamos codo
con codo contra los contrabandistas.
- “Sube a la nave con los demás, yo os cubriré y haré de
cebo”. Me dijo.
- De acuerdo pero no tardes, yo me encargare de poner a
salvo a los demás. Le dije.
Cuando me di la vuelta vi varios enemigos rodeando a la
Twi’Lek que se apostaba entre unos contenedores.
- “Rápido subid”. Me ordeno ella.
Al poco tiempo la nave despego y sentí un gran alivio cuando
vi a la Twi’Lek con vida aunque un poco mal herida. Estaba acompañada de un
Droide Medico y de una extraña criatura que desconocía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario