De: Cerina Daghetti
Desde: Barak Varr
Para: Ilustrísimo
Reverendisimo Sumo Sacerdote de Ulric
En: Castillo del Graf, Middenheim
Antes de comenzar con estas líneas, debo advertirle
que serán mi último informe, he pagado mi precio por la derrota, y tanto usted
como yo hemos salido beneficiados, pero las cosas han cambiado y mi tiempo a su
servicio ha terminado.
Lo más relevante de mi viaje, ya fue
indicado en mi última carta, por lo que repetirle que aún no he localizado al
objetivo me parece absurdo.
Pero algo ha sucedido, durante las
últimas noches he frecuentado varias tabernas de la ciudad, muchos enanos me
han dado posibles pistas, pero casi ninguno sabe dónde están los hermanos.
Ayer, durante mi visita a uno de los
pocos burdeles con chicas humanas, encontré a alguien. Al principio creí que
estaba viendo un fantasma, ya que estaba igual que hace diez años cuando partió
hacia The Rib Peacks con todo un ejército tras de sí, en la que pensamos había
sido una misión fallida.
Hemos estado hablando y me ha contado
toda la historia. Pero no ha podido explicarme que ha sucedido estos últimos
años, de hecho, él creía que solo había pasado un año.
Tras salir de la tumba, se encontraron
en la orilla del Black Water, y fueron cobijados por un ermitaño que vivía en
las inmediaciones del lago. Pasaron varios días curando sus heridas y
recuperando fuerzas, pero cada noche tenían un sueño.
En el suyo, él viajaba a Barak Varr, y
allí encontraba a una mujer con las manos manchadas de sangre. Los dos juntos
encontraban un oscuro libro antiguo, y perseguían a la persona que lo había
leído, pero cuando iban a alcanzarla, despertaba en un grito de dolor.
Cada uno de sus compañeros había
tenido un sueño diferente, por lo que habían decidido separarse y desde
entonces él buscaba a esa mujer.
Al encontrarme, pensó que había dado
con la mujer que buscaba, y al comentarle que yo busco a los hermanos enanos
que trajeron el libro negro de los desiertos del caos, estamos convencidos que
nos aguarda un camino juntos.
Pero ese camino debemos andarlo sin
secretos, sin informes, y sin el peso de la traición en nuestras espaldas.
Dudo que lo comprenda, y estoy
convencida que intentara localizarnos, pero le juro que si alguien intenta
impedirnos continuar juntos, volverá a su hogar en una caja.
Espero que los dioses nos guíen,
porque usted sabe mejor que yo, que si ese libro ya está en el norte, el tiempo
se estará acabando y toda la sangre derramada no servirá de nada.
Que
Morr le proteja y que Solkan nos ayude.